La cirrosis, por lo general, no da señales ni tiene síntomas hasta que las lesiones hepáticas se hacen grandes. Cuando sí hay signos y síntomas, estos pueden incluir:
- Cansancio
- Aparición de hemorragias con facilidad
- Propensión a hematomas
- Picazón en la piel
- Decoloración amarilla en la piel y los ojos (ictericia)
- Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis)
- Pérdida de apetito
- Náuseas
- Hinchazón en las piernas
- Pérdida de peso
- Confusión, somnolencia y dificultad en el habla (encefalopatía hepática)
- Vasos sanguíneos en forma de arañas en la piel
- Enrojecimiento en las palmas de las manos
- Atrofia de testículos en los hombres
- Aumento de senos (macromastia) en los hombres
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